Podium con sabor canario en la I Copa de España de Trial Clásico
Un relato de Feli Santana
Trial de Clásicas - Sta. Margarida de Montbui – I Copa de España - 30 de Abril de 2000
He de afirmar que en Canarias hemos gozado siempre de ventajas y actuaciones, en muchos casos a las movidas o patrones de ensayo, arrancando iniciativas pioneras y siendo referencia de otros tantos territorios nacionales.
Aún recuerdo leer en la revista Automóvil clásico, sobre 1994: "Por fin, ya era hora que arrancara las competiciones de trial de clásicas en Cataluña, cuna de la industria del trial Español. Con la información salía una columna; un pequeño reportaje de un trial local con motos clásicas". Me alegré mucho por la sorpresa. Nosotros, los canarios, estábamos ahí desde 1993, con los pioneros, pues habíamos arrancado a la par, cuando tomamos la andadura inicial de nuestro querido Viejas Glorias.
Por supuesto, historias aparte, los triales de Santigosa (Sant Joan de les Abadesses), en los años emergentes del concepto, a principios de los setenta y de cuyos contenidos podríamos hablar con sus personajes aun activos, que igualmente sentaron las bases de la práctica en aquellos tiempos de evolución del Todo Terreno.
De todos es sabido que el trial era nuestra bandera y nuestro embrión de nacimiento. Nunca en la historia, Moto Club alguno de las islas albergó más furia de trialeros dispuestos a competir, que en aquellos felices años 90. Era la llamada de la revolución "Extra-Tarrés-tre". Su puesta en escena impulsó el encuentro con las clásicas y su grandeza a través de los pilotos más veteranos. Durante muchos años fue la excusa perfecta para alimentar la pasión por lo retro en el evento y rendirle culto a una de las modalidades más bonitas del motociclismo. A partir del trial sumamos amigos y pasiones paralelas hasta llegar a esta inmensa actualidad.
A finales de los años 90, "Las Palmas Roque Nublo", pertenecía a la asamblea de la RFME como club miembro por derecho. Años antes habíamos sido pioneros de otras "Copas" de España y campeonatos nacionales, que comentaremos en su momento. Tuve la infinita suerte de conocer al amigo Ciriaco Grados, (Q.e.P.D) , Gregorio Garcia, Pío, etc, Así como otros tantos amigos del trial en Cataluña, que en años anteriores ya habían venido a correr nuestro Trial Viejas Glorias. Eran de esos pasionales que se empeñaban en arrancar proyectos con mucho entusiasmo.
Justo de ese empeño partió la idea de la convocatoria para la I Copa de España de trial de clásicas 2000. Como era prueba experimental y tenían mucha afición, probarían a vender una sola cita en Cataluña, a través del Moto Club Igualada y el lugar de la celebración La Anoia, en Santa Margarita de Montbui. Al final, fusionaron el campeonato de Cataluña con la Copa de España y llenaron el parque cerrado de motos de trial clásicas. Los pilotos no competían entre sí, pues con la licencia nacional estábamos una veintena; cuatro Canario, dos valencianos, un madrileño y un leonés, mientras que con la licencia para el Catalán había pilotos que sabían que iban a ganar el campeonato de calle: Cirera, Rovira, Sallés, Jose Luis Rguez, Agustin Vall, David Sánchez. etc.
Nuestros amigos de Montbuí, nos cedieron las motos en un gesto de cortesía e intercambio; tres Bultaco Sherpa y una Ossa TR80. En aquella expedición viajamos, como pilotos, Saturnino Perera, Juan Quintana José Baixa y el que suscribe, así como Alberto Santana, Marcelino Ortega y Pepe Guerra en la intendencia. Un equipo pionero que abría las puertas del campeonato de trial de clásicas en este país, junto a nuestros amigos de Cataluña. En la actualidad hay un gran auge y reconocimiento mundial a esta cuna del motociclismo.
Una de las lecciones más bonitas que aprendimos era la sencillez del concepto. Zonas fáciles, con muchos giros y pequeñas pendientes que ponían a prueba tu equilibrio. Pura filosofía del trial; un continuo control de movimientos y suavidad en la conducción. Cerca de ochenta motos hacían las delicias de una jornada trialera de fin de semana. Ambientazo festivo por arrancar aquel proyecto. Y la nota de color regional la poníamos los canarios, cuyas simpatías y talante llevaban la fiesta continua con nuestro botiquín especial de guerra y asistencia.
De aquellos buenos momentos nos trajimos, con cara de incredulidad, la categoría “Trialers Amarilla”, reservada a los aficionados nacionales. No entendíamos cómo podíamos ganar un pódium de la copa de España, con sólo buen humor y casualidad. Luego entendimos que aquella "Copa", tenía el mensaje de la deportividad y de creer en el proyecto del campeonato nacional. Y ocurrió que el resto de las categorías de más nivel se las habían adjudicado sólo los que sabían que iban a ganar en Cataluña. Parecía como si nuestra categoría fuera demasiado floja para ellos… ¡Curiosidades históricas!
El "Solo Moto Cataluña", nos regaló una página de piropos a todo color. Además, aunque hayan pasado 20 años, nosotros íbamos vestidos de época a estilo inglés, con los monos de Tira y todos simpatizaban con el hermanamiento trialero. Un sentimiento cultivado en gran medida por el "alma mater" Ciriac Grados, promotor de la Escuela de Trial de Montbui y en cuya filosofía tenía claro cómo se cultivaba la afición. En 2002 fundó el Moto Club Montbui. Aún guarda el carnet de socio de su fundación, mi hijo Miguel. Se lo mandaron cuando nació. Y al niño, nos lo reclamaban todos los años para que lo enviara a la Masía de aquella escuela como un deber deportivo. El año pasado nos dejó Ciriac Grados pero tras él quedó un enorme trabajo realizado de la mejor escuela catalana de trial y los lazos de un montón de buenos amigos conseguidos, sin duda.
Seguimos intercambiando visitas. Ellos venían al Viejas Glorias y yo volví a participar en su trial de Montbui en 2003, con una Merlin Oficial Gallach, cedida por el amigo Joan Rovira… Pero eso es otra historia. Igual que el último trial de Lanzarote, donde vinieron a participar de jueces. Tuvimos un gran nivel de competición nacional incluyendo a la mundialista y dakariana Laia Sanz. También estuvieron Xavi Léon, Sandra Goméz etc. Y la baja, en el último momento, de Tony Bou, con la excelente gestión de Lindsey Key
Desde esta pequeña mirada en la distancia, hemos fortalecido un montón de amigos e intercambios que en todos los rincones de este bendito país se labran ilusiones por el motociclismo, afectos y logros deportivos, que edificaron grandes historias y mantienen los lazos de continuidad en el esfuerzo de las pasiones cultivadas.
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