¿Que lleva a un motero a tatuarse el logo de su marca de moto?
Los tautuajes dicen mucho de la personalidad y las pasiones de la persona que los lleva dibujados sobre su piel. Desde los ancestrales orígenes del arte del tatuaje, hace más de cinco mil años, los diseños sobre la piel cumplen una función simbólica. En las antiguas culturas, por ejemplo, los tatuajes estaban asociados a motivos religiosos, mágicos o curativos.
Pero no ha sido hasta finales de los años 80 cuando han comenzado a popularizarse, también entre los aficionados a las motos. Y es que a pesar de que en las primerar culturas, tatuarse era algo habitual, hasta finales del siglo XX los tatuajes se asociaban a clases sociales bajas, presos, militares, moteros y pandilleros.
En la actualidad, el el mundo del tattoo ha perdido ese estigma marginal y vemos como estrellas del cine y la música, futbolistas o modelos muestran con orgullo diseños de todo tipo: clásicos tribales, amaneceres, citas escritas en sánscrito, coordenadas geográficas u onomatopeyas.
La moda urbana, entre la que abundan los nuevos adeptos al universo de las motos con aire de originalidad, también se contagia de esta afición/adicción a la tinta y, a pesar de que no existen estudios concluyentes sobre el porcentaje de tatuados en la población, la Academia Española de Dermatología estima que en la actualidad un 30% de personas entre 18 y 35 años luce algún tatuaje en su figura.
Entre los apasionados por las motos, los incondcionales de marcas como Harley-Davidson, Ducati o Triumph, son los más partidarios de este boom de la aguja y tinta que, aunque parece responder a una moda, el mero hecho de decorar la piel con el logo de la marca o situar el nombre de la misma en una parte específica del cuerpo puede desvelar alguno de los rasgos de personalidad de quien los lleva, como la necesidad de reafirmar su individualidad.