Rocket 3 by XTR-Pepo, mirada atrás sobre las deportivas británicas
Pepo Rosell, el preparador madrileño, ha vuelto a sorprendernos con su nueva creación, la Triumph Rocket 3, que echa una mirada atrás para posarse sobre las míticas motos británicas de las carreras de resistencia. La base para conseguirlo también es británica, concretamente una Triumph Legend TT 900 de 2000 que ha cambiado por completo en las manos de este artesano del metal.
Los logos de BSA y Castrol, sobre su depósito y carenado, respectivamente, no dejan lugar a dudas del objetivo de Pepo Rosell. Y para conseguir trasladarnos en este viaje en el tiempo, nada mejor que un donante, también británico, una Legend TT 900 del año 2.000, que tras alir del taller resulta prácticamente irreconocible.
Los cambios han sido muy significativos, comenzando por las modificaciones del chasis y el subchasis. El tren delantero, incluida la tija, lo toma prestado de una Triumph Daytona 675R con horquilla invertida delantera Öhlins. Remata el conjunto de proa una llanta forjada de aluminio -también de la Daytona 675R-, un par de discos mordidos por pinzas Brembo y un guardabarros de carbono, debidamente recortado. En la parte alta, se ha sustituido el manillar por dos semimanillares de aluminio personalizados, con manetas de freno y embrague derivadas de una Ducati 1098, que ahora son regulables. La instrumentación, Motogadget, va montada en un nuevo soporte, al igual que el nuevo carenado y parabrisas personalizados.
El depósito, modificado sobre la base de Suzuki Bandit, cuenta con unas tapas de Laverda. El asiento y el estilizado colín trasero han sido modificados por XTR y colocados sobre un subchasis “al aire” que le da ese aire tan liviano a la parte trasera. El amortiguador trasero es un YSS. La llanta trasera, también forjada y de origen Daytona675R, está culminada por un guardabarros trasero personalizado. Se han montado latiguillos de freno Frentubo y cadena de trasmisión Tsubaki, dorada. Las estriberas, específicas, están mecanizadas en aluminio, mientras que el caballete lateral pertenece a una Yamaha TRX. El conjunto está rematado por un silencios tipo megáfono Supermario.
El motor de tres cilindros y 900cc también ha sido “optimizado” a base de pequeños retoques y con la adopción de filtros de aire DNA que asoman debajo del chasis, gracias a que el carenado no llega a ocultar todo lo que le cuelga del chasis. El trabajo de pintura y acabados, obra de Pintumoto, consiguen que nuestra mente retroceda en el tiempo, con una sonrisa en los labios. ¿Les gusta? Pues se encuentra a la venta.